jueves, 24 de enero de 2008

ORTEGA Y GASSET

 
Le seguí por umbrías y solanas buscando sin odio.
Le aceché en vano a orilla de siembras y rastrojos,
y no le guardé pena.
Y con el más puro instinto predador,
le quité la vida sin quererle la muerte.
No me preguntéis las razones de porqué lo hice,
ni me agobiéis en un compromiso sin respuesta.
Es la sierra, la noche sombría, la frescura del alba.
El olor penetrante del espliego y del musgo húmedo.
Es la encina curtida, la leña quebrada,
y el susurro eterno de la espesura.
Es lo ancestro, lo atávico, ES LA CAZA.

No hay comentarios: